Desde el primer párrafo, se pone de manifiesto la necesidad de usar las nuevas tecnologías para ejercer una docencia en red que está marcada por la situación actual y la demanda de los jóvenes que usan las tecnologías hoy en día para cualquier fin. En contraposición a estas generaciones de no más de 22 años, están todas aquellas que por encima de la edad han vivido sin la necesidad ni el apoyo de las actualizaciones informáticas, los móviles con internet o el uso de programas de ordenador. Cabe esperar que para ser docente de cualquier asignatura, alguien deba de poner al día sus conocimientos, por lo que para impartir clase, el profesor debe de actualizar sus métodos y recursos y en ese campo la educación artística debe de ponerse al día.
Para las generaciones como la mía de los 80's esto de las nuevas tecnologías nos acompaña desde hace mucho pero no es para nosotros completamente imprescindible puesto que no siempre lo hemos tenido tan a mano como ahora. Pese a eso, nos hemos adaptado y hemos conseguido encontrar el equilibrio entre modo analógico y digital sintiéndonos parte de ambas generaciones, digitales o no y usando ambos métodos. Por supuesto en el caso de nuestra profesora, y de su generación( que es la misma que la de nuestros padres) las tecnologías les han absorbido y por ello su integración es mucho más laboriosa, pero aún así necesaria.
A raíz de esta reflexión, el libro nos muestra la infinidad de posibilidades que las nuevas tecnologías nos brindan a la hora de enseñar didácticamente un contenido. Tanto es así que el arte cobra vida en la pantalla y la nueva filosofía contemporánea es guiada por iniciativas como la Performance o el body-art que luego se comparte en la web. Por tanto si la sociedad pide un cambio la cultura y los gustos cambian y el resultado es una educación artística post-moderna interdisciplinar. En todo esto Eduardo Marín investiga acerca de la crítica al arte moderno y el desarrollo en el campo social para dar paso a las nuevas herramientas digitales que son el aprendizaje para el resto de la vida y con las que debemos de conectar ya.
OPINIÓN PERSONAL:
Cuando comencé a leer el libro, pensé que iba a ser una síntesis de acciones de mejora y propuestas para implantar las TICs pero encontré que en su mayoría son vivencias y trabajos ya realizados y descritos en un libro sobre como usar el arte en lo digital y no lo digital en el arte que es lo que nosotros necesitamos.En el libro encontramos demasiadas citas de otros, demasiados trabajos de otros, y no encontramos acción.Ya sabemos que estamos en la era de las tecnologías, si el libro va enfocado para gente de menos de 25, lo que pone en él a la gente de esta generación no nos ha sorprendido ni nos ha aportado mucho más de lo que ya sabíamos. Quizá sea mucho más interesante y dinámico para todos aquellos que han vivido un cambio enorme entre la era digital y la no digital.
Como positivo absoluto saco la idea del museo virtual, de el hecho de crear blogs y herramientas online de ayuda a los alumnos, que amplíe información y la posibilidad de abrir barreras, incluso de compartir información y trabajar de forma online, así como de crear en nuestros alumnos un hábito educacional y no sólo lúdico en el uso de las tecnologías. Al finalizar el libro, se cita a María Acaso y a su metodología del cambio con la docencia informatizada y sus experimentos con los alumnos en el aula, que me ha resultado muy interesante sobre todo por el hecho de la importancia que tiene el lenguaje visual en la sociedad y la infinidad de posibilidades que nos da la era digital en este ámbito.
Adjunto con la entrada la portada del libro de Ángeles Saura: “INNOVACIÓN EDUCATIVA CON TIC EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA, PLÁSTICA Y VISUAL”(2011), así como el libro de María Acaso: “PERSPECTIVAS. SITUACIÓN ACTUAL DE LA EDUCACIÓN EN LOS MUSEOS DE ARTES VISUALES”(2011)
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